Asociación Gramsci Chile

Osvaldo Fernández Díaz

Nuestro interés por el pensamiento de Antonio Gramsci, José Carlos Mariátegui y Karl Marx, surgió gracias a los seminarios de lecturas colectivas que hiciéramos como parte del programa de filosofía política contemporánea del Magister de filosofía de la Universidad de Valparaíso. El propósito de dar permanencia a dichos estudios nos llevó, a algunos alumnos y profesores, a la instalación de dos espacios de reflexión. El primero fue el CEPIB (Centro de Estudios del Pensamiento Iberoamericano) que nació en 2010, centrado en investigaciones sobre América Latina y el pensador peruano José Carlos Mariátegui. Los trabajos de investigación que sobre estas temáticas se fueron elaborando culminaron posteriormente en un programa de charlas, coloquios y publicaciones, que giraron en torno a las problemáticas indicadas y que aún se mantiene con el mismo brío inicial. Pero no es en la existencia y trabajos del CEPIB que estas páginas se detendrán, sino en la otra actividad permanente que también resultó de estos seminarios: la Asociación Gramsci Chile.

Se puede decir que el recorrido que culminó en la creación, en 2021, de la “Asociación Gramsci Chile”, provino también de aquellos seminarios. Nuestro estudio del pensador italiano se inició mediante lecturas colectivas de algunas de las notas de los Cuadernos de la cárcel. Desde entonces hemos fijado como el texto de referencia la edición crítico-cronológica de Valentino Gerratana. En aquella ocasión, no prestamos mucha atención a los comentaristas e intérpretes, sino que siempre privilegiamos el texto mismo de cada nota, deteniéndonos en los conceptos, tratando de detectar su movimiento e itinerario, y pesquisando la forma en que la reflexión de Gramsci transita de nota en nota. La que no es evolutiva ni cronológica, sino más bien en zigzag. En torno a esta forma de trabajo se fue creando, en Valparaíso, un grupo de participantes, de diversa proveniencia, además de estudiantes y profesores; en suma, de todos aquellos que se interesaban por conocer y leer la obra que este pensador político alcanzó a escribir en la cárcel fascista.

El primer paso que dimos consistió en instalar un seminario semanal permanente dedicado la lectura de Antonio Gramsci, cuyos trabajos abarcaran todo el año, porque los seminarios del Magister de Filosofía de la Universidad de Valparaíso eran solo semestrales. El método que fuimos instalando y siguiendo, consistía en dedicar dos o tres sesiones a la lectura de una misma nota de Gramsci. Así, especial interés y discusión provocó la primera nota del cuaderno 11, en donde hablando de los papúes Gramsci critica a Antonio Labriola, a quien por lo general elogia, y destaca el valor de la lucha y la rebeldía. Las preguntas que aquella primera nota del cuaderno 11 nos planteaba, intentamos comprenderlas mediante una sostenida lectura de la nota 12 del mismo cuaderno, y que se refiere a que todos los hombres son filósofos. Nota que leímos en paralelo con El Príncipe de Maquiavelo y Reflexiones sobre la violencia de Georges Sorel, deteniéndonos en su concepto de partido político y su concepción del mito.

Más adelante, una lectura crítica del libro de Dora Kanoussi y Javier Mena, La revolución pasiva: una lectura a los Cuadernos de la Cárcel, nos llevó a importantes reflexiones acerca de la confrontación de este concepto y la realidad chilena desde septiembre de 1973 en adelante. Sus proposiciones de lectura nos condujeron, además, a la nota 9 del cuaderno 16, y a hacer una búsqueda rigurosa de todas aquellas notas que se referían de una manera u otra a este mismo concepto de revolución pasiva, en especial las que se encuentran en el cuaderno 15.

Paralelamente nos visitó el estudioso y traductor argentino Juan Barbero, quien nos presentó su traducción del libro de Giuseppe Cospito, El ritmo del pensamiento de Gramsci. Una lectura diacrónica de los cuadernos de la cárcel. Esto lo consignamos porque fue para nosotros un hito importante. En efecto, sus informaciones nos llevaron al conocimiento
de la nueva lectura, principalmente, filológica de los Cuadernos de la cárcel, que se llevaba a cabo, especialmente en Italia. Desde entonces seguimos atentos a los avances de esta nueva lectura y prestamos especial atención a quienes la habían iniciado. Nos referimos en especial a Gianni Francioni, Giuseppe Cospito, y Fabio Frosini.

Reconociendo que el conocimiento y la lectura de estos tres autores fue fundamental para nuestra mirada filológica de los cuadernos gramscianos, seguimos definiendo nuestro estudio de la obra del sardo como filológica militante, es decir, atenta por una parte al avance que muestran las actuales miradas hermenéuticas, especialmente por parte de los profesores de la Universidad de Pavia que hemos mencionado, como también de lo que ocurre en Chile y América Latina. En este sentido “militante” define nuestra adhesión a las posiciones de izquierda.

Habíamos definido nuestra lectura como filológica y militante porque nuestro interés no se limitaba al aspecto académico. Aunque lo filológico es importantísimo, por lo demás, porque tiene que ver con la traducción que estamos haciendo de una reflexión que se sitúa en tiempo y lugar distintos del nuestro. Traducíamos cuando intentábamos leer lo nuestro a través de conceptos y problemáticas de un pensador italiano que reflexionó durante los años treinta del siglo pasado, y que correspondían a la realidad política de otro continente y otras circunstancias. Por eso, para nosotros, establecer una correcta hermenéutica de lectura era tan importante como lograr una cabal comprensión de la realidad a la cual nos enfrentábamos en Chile y América Latina. Gracias a estas lecturas nuestro seminario avanzó en el aspecto filológico e hicimos todo un aprendizaje, el cual dejamos explícito en el libro Antonio Gramsci y su laberinto, y que escribimos en conjunto con Gonzalo Ossandón.

Decisivo para nuestro cabal conocimiento de la realidad latinoamericana fue el contacto que establecimos con la “Red latinoamericana y caribeña de estudios gramscianos”. Fue justamente para facilitar el nexo, que cambiamos nuestro nombre original de seminario por el de “Asociación Gramsci Chile”, dejando en claro, sin embargo, que nuestra actividad central seguiría siendo la lectura colectiva de los Cuadernos de la cárcel y el empeño hermenéutico por entender nuestro momento histórico y político a través de esa lectura. Es también que gracias a la Red hemos ido incrementando nuestro conocimiento acerca de la realidad social y política de aquellos otros países con los que nos hemos vinculado. No sólo nos hemos ido enterando de las distintas modalidades de trabajo que en Brasil, México o Bolivia, se han desarrollado, sino que gracias a estas otras experiencias hemos reafirmado y consolidado la nuestra. Conocimiento de una realidad continental que llamamos Latinoamérica la que no obstante su diversidad, nos identifica y señala lo que somos como latinoamericanos, más allá de nuestras respectivas especificidades. Hemos constatado, además, que gracias a los esfuerzos de la Red, hay un desarrollo del interés y de los estudios del pensamiento de Gramsci. Desarrollo más de conjunto, más dialogante, gracias a las nuevas técnicas comunicativas y a la generosidad de quienes se dedican a estudiar a Gramsci.

Texto publicado en Octubre 2022 «Gramsci: crítica histórica y coyuntura» // Grupo Herencias y perspectivas del marxismo, CLACSO.

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